miércoles, 22 de abril de 2009

Los adolescentes y el uso del celular.

La pregunta por los potenciales usos educativos de los celulares, y las experiencias innovadoras que desarrollan algunos docentes en este sentido, surgen a partir del uso generalizado de estos aparatitos por parte de los chicos y adolescentes. En pocos años, el celular ha dejado de ser sólo el medio para que los padres puedan localizar a sus hijos; con los mensajes de textos (SMS), y su “moralidad escrita”, el celular se convirtió en una forma de comunicación entre pares. El uso que los adolescentes hacían del celular años atrás solía limitarse a recibir llamadas, básicamente de sus padres, con el objetivo de localizarlos inmediatamente. Más tarde la posibilidad de intercambiar mensajes de texto comienza a ser vista.Por lo general, el uso del celular se limitaba a ciertas salidas nocturnas o durante el fin de semana. No obstante, los jóvenes mostraban gran receptividad a los SMS, aunque más no fuera para experimentar. A partir del 2004, las ventas de celulares crecieron notablemente, llegando a sectores que nunca antes habían podido acceder al servicio. Así, el celular dejó de ser visto como un elemento suntuario. A medida que el celular se iba propagando entre sus pares, los adolescentes comenzaron a utilizarlo más para socializar, ampliando su uso. La capacidad de enviar y recibir mensajes se convirtió en la principal atracción, siendo la voz un requisito paterno y casi accesorio. El uso de los mensajes de texto comienza a propagarse entre los pares “por contagio”. En el último año, el celular en este segmento deja de ser percibido como un medio de comunicación. Los SMS quedan claramente establecidos como la forma de comunicación que define a este segmento. Además, el celular se consolida como poli-funcional -la alarma cumple la función de despertador, el reloj del celular desplaza al de pulsera y los juegos y SMS ayuden a “matar el tiempo”-. La estética y accesorios de personalización cobran especial importancia, con lo cual el celular se convierte en un icono adolescente, que reafirma la identificación y pertenencia con un grupo. Los jóvenes ya no se conforman con tener un móvil sino que buscan actualizarlo constantemente. Así, esta generación de usuarios de SMS encuentra en el celular el dispositivo ideal para satisfacer sus necesidades de comunicación, pertenencia, personalización y privacidad. Los SMS tienen sus códigos, centrados en la función de contacto; por eso, el primer mensaje tiende a generar un diálogo con sus idas y vueltas, reciprocidad e inmediatez. A esto se suma que esta última tecnología se adecua perfectamente a la movilidad que caracteriza al adolescente. El celular es valorado porque brinda la ilusión de no perderse nada, de estar al alcance del grupo de pares, siempre disponible.

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